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viernes, 25 de octubre de 2019

Los circos no deben tener animales


Los circos no deben tener animales. Para que un animal salvaje como un elefante, un oso, un tigre, un león, etc., hagan los maravillosos actos que se muestran en los circos, dichos animales deben ser maltratados al extremo.

Un animal salvaje no está hecho para jugar con los seres humanos. Lograr esos comportamientos estrafalarios por parte de los animales, demanda de los entrenadores un castigo físico hacia ellos, del que la mayoría de personas no tiene conocimiento, y con seguridad que si las personas supieran la manera como en los circos se lastima a los animales, jamás volverían a asistir a ninguna de sus funciones.

Es lamentable que a las personas les guste ver a los animales salvajes fuera de su hábitat haciendo “piruetas” sin sentido, y más lamentable aún, es que las personas estén dispuestas a pagar para ver esa clase de espectáculos.

Los animales salvajes se llaman de esa manera, porque nunca han sido domesticados. Un perro, un gato, e incluso animales más grandes como los caballos, llevan tal vez miles de años acompañando a los seres humanos, y es por ello que están mejor adaptados para realizar tareas que no son propias de su naturaleza.

Por ejemplo, a nadie se le hace extraño ver a un perro saludando con la pata, rodando por el suelo, o dejándose vestir con toda clase de prendas que no les corresponden. Ese ha sido de cierta forma el precio que los animales domésticos han tenido que pagar para estar a nuestro lado.

Pero en el caso de los animales salvajes, aquellos nacidos en la selva o en la jungla, acostumbrados desde siempre a mantener la distancia de los seres humanos a quienes nos ven como sus mayores depredadores, estar en medio de un acto circense, es la condena más cruel a la que puedan estar sometidos.


Hombres y mujeres, son más que suficientes

Los circos no deben tener animales. Los seres humanos son capaces de hacer toda clase de piruetas y maniobras extraordinarias para sorprender a las personas, y la presencia de animales en escena, se hace absolutamente innecesaria cuando se trata de divertir y de entretener.

El circo más famoso del mundo, Cirque du Soleil, o Circo del Sol en español, muestra las más increíbles acrobacias que dejan a los espectadores con la boca completamente abierta, sin necesidad de hacer uso de ninguna clase de animal, y mucho menos, sin necesidad de maltratar a ningún animal para satisfacer a los asistentes a dichos espectáculos.

Poco a poco en muchas partes del mundo, las personas van tomando conciencia de esta situación, y van liberando a los animales de sus captores humanos, para evitarles toda suerte de sufrimientos a lo largo de su vida.

Doblegar la voluntad de una fiera como un tigre de bengala, es algo que no se logra a punta de mimos. Para doblegar un animal de esa naturaleza, se usan castigos físicos en donde se les golpea durante horas con un látigo sin descanso, se les impide dormir cuando así lo desean, se les hace soportar largos periodos de hambre, se les amputan las garras de sus patas y muchas veces los colmillos de su boca, y en general, la persona que hace las veces de domador, crea en esos animales un terror inimaginable, a fin de que el animal entienda que, u obedece las órdenes que recibe, o simplemente deberá atenerse a castigos aún peores.


Detrás de la apariencia que dan los domadores en donde muestran que aman a los animales y que los tratan muy bien, e incluso, que los animales les corresponden con afecto y cariño, nada es realmente como parece ser. Los domadores en su gran mayoría, son personas despiadadas que saben muy bien que solo con mano de hierro, podrán hacer que una fiera salvaje les obedezca.

Es muy probable que en unos cuantos años, los espectáculos de circo con animales, hayan desaparecido por completo, al igual que las corridas de toros, las peleas de gallos, las peleas de perros, y en general toda clase de espectáculos, si es que se les puede llamar de esa forma, en donde animales inocentes, se vean maltratados con crueldad por parte de nosotros los seres humanos que, se supone, somos la especie pensante y dominante de este planeta.

No existe nada que justifique el sufrimiento de un animal para que este ejecute actos que no tienen nada que ver con el diseño original para el cual esos animales han sido creados.


Un juego muy peligroso

De igual manera, y esto es algo que saben los domadores de animales de los circos, ese juego que juegan enseñando a un animal salvaje a renunciar a sus instintos primarios, no siempre trae consigo buenos resultados.

Todos los años en algún lugar del mundo, un domador de circo es ferozmente atacado por alguno de los animales a los que entrena. Muchos de ellos logran salvarse para luego castigar despiadadamente al animal que los ha agredido, pero unos cuantos pierden la vida como una forma de pagar todo el maltrato animal que han causado.

Domar animales salvajes, es equivalente a jugar con fuego. Pueda ser que una persona juegue con fuego muchas veces sin que nunca le suceda absolutamente nada. Pero tarde o temprano, quienes juegan con fuego, terminan siempre quemándose.

Si usted es una persona amante de los circos con animales, y acostumbra a llevar a sus hijos pequeños para presenciar esta clase de espectáculos, por favor, piénselo de nuevo dos veces. Detrás de un número maravilloso y sin equivocaciones en donde aparezca algún animal salvaje, hay todo un historial de maltrato animal despiadado y cruel.

Incluso, aquellos artistas callejeros que suelen ir acompañados en la mayoría de las ocasiones, por un perro o un mono o algún animal semejante, de igual forma logran en la mayoría de los casos, la sumisión y obediencia absoluta de dichos animales a través de un castigo físico prolongado.

No se debería apoyar ninguna clase de maltrato animal. En vista de que no somos capaces de dejar de agredirnos unos a otros como seres humanos, por lo menos deberíamos liberar a los animales de todo el odio que somos capaces de descargar sobre ellos, tan solo para imponer nuestra fuerza y voluntad.

Los circos no deben tener animales. Los animales que “actúan” en los circos, deberían estar corriendo libremente en la naturaleza a donde pertenecen. No deberían estar debajo de una carpa, viajando en jaulas por todo el mundo, soportando toda clase de vejámenes tan solo para satisfacer el gusto de las personas, que no saben todo lo que se oculta detrás del adiestramiento de esta clase de animales.


El circo es un espectáculo maravilloso, cuando son las personas las que demuestran sus habilidades y capacidades, y es un evento que puede llevar mucha alegría y distracción, sobre todo a los más pequeños, pero solamente cuando no existen animales de por medio haciendo parte de esos actos que, si bien son divertidos para las personas, para los animales son tan solo su peor pesadilla.

¡ Que viva el circo !, pero sin animales de ninguna naturaleza.

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