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domingo, 30 de junio de 2019

Efectos secundarios después de dejar de fumar


Fumar es uno de los malos hábitos más difundidos que existen alrededor del mundo. Millones de personas fuman día a día alguna clase de cigarro y muchas de esas personas en algún momento de su vida, deciden dejar de fumar de un buen día para el otro, bien sea por motivos de salud, o bien sea porque simplemente consideran que ya han fumado suficiente. Pero cuando se toma esta decisión, debe tenerse muy en cuenta que el cuerpo siempre reaccionará ante la ausencia de algo que se ha convertido en un hábito.

Las personas que dejan de fumar, normalmente pueden encontrarse con los siguientes efectos secundarios:


Un deseo mayor de fumar

Después de dejar de fumar, los antojos de nicotina son más comunes. Típicamente, un antojo de nicotina puede durar alrededor de cinco minutos o más y para muchas personas esto puede ser algo abrumador. En muchas ocasiones, una persona que decide dejar el cigarrillo, deberá apoyarse en el uso de parches para pegar en el cuerpo o goma de mascar a base de nicotina, a fin de ayudar a que el deseo de fumar se vea reducido. El síndrome de abstinencia se presenta siempre que le quitamos al cuerpo algo a lo que el cuerpo está completamente acostumbrado.

Es necesario contar con un plan de contingencia para dejar de fumar. No existen soluciones rápidas que quiten los antojos de fumar. Tal vez algo que puede ayudar enormemente, es el mantenerse concentrado respecto a los beneficios que obtendrá el cuerpo una vez se tenga éxito y se haya podido superar el deseo de fumar para siempre. Cada vez que aparezca el deseo de fumar, es bien importante desviar la atención hacia algo completamente diferente. Hacer una caminata, practicar algún ejercicio, o simplemente sentarse a respirar profundamente, es algo que puede ayudar a superar la ansiedad que se produce cuando se ha dejado de lado el vicio de la nicotina.

Insomnio

La nicotina es un estimulante como lo puede ser la cafeína. Cuando la nicotina es suprimida del cuerpo, este reacciona haciendo que aparezca una sensación profunda de irritabilidad, hiperactividad e inquietud, lo que en la mayoría de los casos lleva a las personas que han dejado de fumar, a padecer de un profundo insomnio. Esto es algo que puede durar un buen tiempo, ya que hace parte del proceso de adaptación que experimenta el cuerpo ante la ausencia de nicotina.

Para minimizar este efecto secundario, es bien importante reducir al mínimo posible, el consumo de café, té, bebidas carbonatadas y bebidas estimulantes con cafeína. Si no es capaz de dejar de lado esta clase de productos, intente reemplazarlos con productos descafeinados o incluso con jugos de frutas o té de hierbas que le ayudarán a sentirse mejor en los momentos de ansiedad.

Tos aguda

Con frecuencia, después de dejar de fumar, se puede desarrollar una tos muy fuerte con muchas flemas. Esto se debe a que los cilios, los pequeños pelos que recubren los pulmones y la tráquea vuelven a crecer y trabajan para eliminar el alquitrán y el moco que se ha acumulado durante el tiempo que usted fue fumador. La tos no es nada más que un indicador de que su cuerpo está tratando de curarse a sí mismo. Sin embargo, si la tos dura más de un par de semanas, es importante consultar a un médico para descartar posibles complicaciones de gravedad, derivadas del consumo de cigarrillo, sobre todo para aquellas personas que han sido fumadoras durante muchos años.

Depresión, ansiedad e irritabilidad.

Uno de los efectos secundarios más temidos al dejar de fumar, sobre todo para quienes están alrededor del nuevo “no fumador”, son los malos estados de ánimo y el mal humor que a menudo se asocian con dejar de fumar. Para la persona que ha dejado de fumar, es importante tomar consciencia acerca de esta situación. De no hacerlo, esto puede generar depresión y frustración que, si no se maneja correctamente, llevará al no fumador a reincidir en ese mal hábito del cual desea desprenderse.

Aumento de peso 

Muchas personas, especialmente las mujeres, tienden a engordar después de dejar de fumar. Cuando se deja de fumar, el cuerpo puede comenzar a experimentar antojos de comida, especialmente de azúcar, y esto se debe a que la nicotina es un estimulante de la adrenalina que, a su vez, hace que su cuerpo pida azúcar.

Después de dejar de fumar, su cuerpo tiene un nivel de azúcar en la sangre más bajo y esto hace que el organismo comience a intentar equilibrar esta disminución, a través de la aparición de las ganas de comer.

Es importante entonces que, frente a la aparición del deseo de comer más de lo habitual, se haga un esfuerzo adicional para alejarse de la comida que no se comía cuando se fumaba.

Después de dejar de fumar, sus papilas gustativas de repente redescubren el verdadero sabor de los alimentos, lo que le llevará a querer comer de más. Si usted experimenta un aumento del apetito cuando ha dejado de fumar, trate de beber un buen vaso de agua antes de las comidas para que su estómago se sienta un poco más lleno y requiera de menos comida para saciar la ansiedad.

Si esto no funciona, entonces tener a la mano algunos frutos secos como nueces o almendras, o frutas como manzanas, peras, piña, papaya, etc., que le serán de utilidad para calmar ese deseo de querer comer de más.

Dejar de fumar es una de las cosas más difíciles que una persona puede hacer. La nicotina es una droga multifacética con la que millones de personas alrededor del mundo luchan cada año y liberarse de ella, es un proceso que toma tiempo, y quien lo enfrenta, debe estar preparado para asumir las consecuencias que se derivarán de esa decisión que, a futuro y sin lugar a dudas, redundarán en un enorme beneficio para la salud del organismo.


Cuando una persona fuma por primera vez, en el 99% de las ocasiones, el cuerpo reacciona negativamente. Fumar no es algo que agrade naturalmente al organismo. El cuerpo en su infinita sabiduría, nos alerta y nos indica que estamos envenenándolo. De hecho, la nicotina es un veneno que causa enormes problemas a la salud. A pesar de esto, quien fuma la primera vez, pese al desagrado que siente, a la sensación de mareo y las ganas de toser, insiste en probar las veces que sea necesario hasta convertirse en un adicto a la nicotina.

Si este es su caso, debe saber y entender que hay altas probabilidades de vencer en esta lucha por dejar de fumar. Lo único que se necesita es un deseo verdadero por liberar al organismo de una sustancia que a largo plazo le ocasiona incontables problemas de salud, a todo aquel que la consume. Una mejora en su salud general, le estará esperando a todo aquel que sea capaz de dejar de lado las ganas de fumar. Piense en ello y entonces tendrá toda la fuerza que se necesita para conseguirlo.

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