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martes, 25 de junio de 2019

Volver a lo natural


Ya no vivimos en una sociedad agraria. Al principio casi todo el mundo vivía de la tierra y estaba cerca de la naturaleza, apreciando lo realmente importante de la vida.

Cuando se vive cerca de la tierra y de la naturaleza, las personas comienzan a darse cuenta de lo importante que es la naturaleza en su propia vida. Se siente una cercanía con la energía creadora del universo, de una forma que es muy difícil de igualar cuando se vive en un entorno urbano.

Viviendo en un área rural, la gente desarrolla un sentido de comunidad hacia la naturaleza y hacia las demás personas. Quienes viven en el campo, en las zonas rurales, aprenden a vivir en una verdadera comunión.

En las zonas rurales se establece una relación más profunda con el prójimo y se siente la obligación de ayudar si es necesario, sabiendo a su vez que los demás nos ayudarán de igual manera si aparece una necesidad. Todos se convierten en una gran familia y comparten tanto los malos como los buenos tiempos.

En un entorno urbano, toda esa cercanía desaparece. La gente comienza a depender de un gobierno indiferente que no siempre es capaz de satisfacer todas las necesidades sociales, económicas y financieras.

Las personas se tornan más rudas, apáticas, indiferentes, y por lo general unos a otros se miran con profunda desconfianza. La vida lejos de la naturaleza, nos convierte en seres sin ninguna clase de sentido de pertenencia. La frialdad del concreto de las grandes ciudades, enfría el corazón de las personas, dificultando encontrar a alguien en quien poder apoyarse en momentos de dificultad.

Los gobiernos no tienen un verdadero interés en los individuos, más que el de poder solicitar sus votos el día de elecciones. En las ciudades no existen vínculos comunes, así como tampoco existen incentivos reales para cuidar a los demás. Las personas se convierten por lo general tan solo en un número, en una estadística.


Debemos aprender y entender que el gobierno no resuelve ninguno de nuestros problemas, simplemente es uno más de ellos. Los gobernantes por lo general, siempre ayudan a un grupo de personas, en detrimento de otro grupo de personas. Benefician a un grupo a cambio de dañar a otro. Esto es un ciclo continuo en el que lo único que se busca, es hacernos completamente dependientes de nuestros gobernantes.

Cuando dependemos de algo o de alguien, ese algo o ese alguien, nos controla. Si el gobierno lo decide, puede aislarnos por completo del mundo, hacernos invisibles y sumirnos en el total y profundo abandono.

A medida que la gente comienza a agruparse en las grandes ciudades, su contacto con la naturaleza disminuye. ¿Hace cuánto usted no camina descalzo por el prado, sin zapatos ni calcetines que le impidan conectarse con la madre naturaleza?, ¿hace cuánto tiempo que no camina en una hermosa playa al atardecer?

¿Cuánto tiempo ha pasado desde que usted disfrutó de una puesta de sol en la naturaleza, o vio las estrellas, sin ser obstruido por el smog y el ruido de las grandes ciudades?

¿Cuánto tiempo ha pasado desde que dejó de saber cómo se llaman sus vecinos, desde que dejó de interactuar con ellos?

La mayoría de nuestros problemas sociales podrían ser resueltos si conociéramos a nuestros vecinos, sus alegrías y problemas, y tomáramos parte en sus vidas para ayudarnos mutuamente cuando fuera necesario. Todo esto y mucho más lo hemos perdido desde el mismo momento en que comenzamos a alejarnos de la naturaleza.

Ha pasado demasiado tiempo desde que los seres humanos comenzamos a convivir en grandes ciudades, en una profunda y despiadada competencia para poder ganarnos el sustento diario.

Volver a lo natural, será el único camino que nos quede, cuando podamos darnos cuenta que nuestra vida es cada día más fría e impersonal. Necesitamos darnos cuenta de que, alejándonos de la naturaleza, en realidad nos hemos alejado cada vez más de nosotros mismos.

Yo no importo, usted no importa, nadie importa. Todo se traduce en la consecución del dinero necesario cada día para poder acceder a una vida de mejor calidad. El pez grande se come al chico y pareciera ser que esto a nadie le importa.

Quienes vivimos en las grandes ciudades y no podemos acercarnos a lo natural, debemos comenzar a buscar la naturaleza que vive en nosotros. Buscando un silencio adentro de nosotros mismos, conectamos con lo más profundo de nuestra propia naturaleza. Eso es en realidad un verdadero llamando a un profundo despertar.

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