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miércoles, 24 de julio de 2019

¿Aman menos los gatos que los perros?


¿Aman menos los gatos que los perros? Esta es una pregunta que los dueños de mascotas a menudo suelen hacerse y es también una pregunta que levanta muchas polémicas, toda vez que tanto los dueños de los gatos como los dueños de los perros, intentan justificar una posible respuesta.

Para los dueños de los perros, nada se compara con el amor incondicional de un perro, y lo mismo piensan los dueños de los gatos. Sin embargo, a través de diversos estudios que se han realizado, porque, aunque no lo crean, de esto también se han hecho estudios, se ha demostrado que tanto gatos como perros, son capaces de darle amor incondicional a sus compañeros humanos con la misma intensidad.


Marcadas diferencias

El gato sabe de sobra que puede sobrevivir por sí mismo y sin la ayuda de ningún ser humano. No en vano, el gato es el mamífero más asesino de todos. Ningún otro animal se le compara en términos de su capacidad para cazar, matar y alimentarse. Un gato mata por el simple placer de jugar con una presa, sin necesidad de tener hambre para comer, y esto es algo que los dueños de los gatos pueden atestiguar, cuando hayan visto a sus gatos jugando alegremente con un ave o con un ratón al que luego de un tiempo matan y dejan abandonado sin comérselo.

El perro, por el contrario, es completamente dependiente del hombre. Un gato abandonado en una casa, utilizará sus habilidades felinas para escapar de la casa y buscar su propia comida. Un perro se quedará atrapado sin poder salir y simplemente tendrá que esperar a que alguien lo rescate o a que la muerte llegue por él, lo que sea que suceda primero.

En ese contexto, los gatos saben bien esta situación y es por ello que no son tan condescendientes con los seres humanos como sí lo son los perros.

Por otra parte, los gatos son animales más calmados, más centrados, más sosegados. Rara vez se ve a un gato corriendo como loco de un lado para el otro y agitando su cola. Si el gato fuera un ser humano, sería un monje budista en permanente estado de meditación. El perro, por el contrario, es efusivo, desconcentrado, descontrolado, y si fuera un ser humano, se parecería más a un payaso de un circo.

Esto hace que los gatos, por ejemplo, sean menos sumisos y tolerantes a los malos tratos. Un perro maltratado, regresará una y otra vez a los pies de su amo, meneando su cola. Un gato maltratado, se irá de casa sin pensarlo dos veces y buscará un nuevo hogar donde sea recibido y tratado con afecto y con amor.

Estas diferencias que son marcadas y profundas entre gatos y perros, hacen que, a la hora de demostrar su afecto, muchas personas consideren que los gatos son indiferentes y que poco o nada harían por sus amos en una situación donde la seguridad estuviera en juego, a diferencia de los perros, que son capaces de dar la vida por sus amos.

Pero aún esto no es tan cierto como la mayoría de personas lo cree. Son cientos los casos de gatos que se han enfrentado a animales peligrosos o a otras personas, para defender a sus amigos humanos. El gato es un excelente peleador y un buen gato cuando está enojado y dispuesto a luchar, es un animal al que se le debe temer tanto o más de lo que se le puede llegar a temer a un perro grande.

Los gatos son animales extraordinarios, al igual que los son los perros. Sin embargo, los gatos fueron adorados en el antiguo Egipto como si fueran dioses. Los perros por el contrario no tuvieron tanta suerte, ya que nunca se les dio ese estatus en las culturas más antiguas.


Ellos son amor puro

Pero no se trata de decir que animal es mejor que otro. Tanto gatos como perros, son compañeros excepcionales, nacidos con la capacidad de hacernos cambiar nuestro estado de ánimo con solo una caricia.

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Los gatos aman a los humanos, tan profundamente como los perros, de eso no cabe la menor duda, y quienes tienen gatos y perros en sus casas, lo saben a la perfección.

A diferencia de los seres humanos, los animales no filtran sus sentimientos ni sus emociones. Un gato o un perro molestos no harán nada por disimular su molestia. Ellos a diferencia de nosotros, que sonreímos cuando queremos llorar y que lloramos cuando queremos sonreír, simplemente se muestran siempre tal y como son y mucho es lo que tenemos que aprender de ellos en ese sentido.

Gatos y perros no se puede afirmar cuál de los dos nos brindan más amor. Lo único que sí se puede afirmar, es que quien tiene a un gato o a un perro en su hogar, tiene siempre a un valioso e irremplazable compañero y amigo totalmente incondicional para toda la vida.

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