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viernes, 12 de julio de 2019

El amor es la salida



Para la persona que abusa de las drogas, su adicción nunca llega de la noche a la mañana. A menudo, las familias nunca lo ven venir. Cuando alguien que usted ama comienza su largo viaje por el camino de la adicción a las drogas, este es un camino que parece tener más giros y vueltas que una montaña rusa. Para un adicto y sus familiares, los altibajos ocurren todos los días y parecen no tener fin.

La familia de un adicto comienza a dudar de cualquier cosa que ese adicto les diga. Si algo en la casa se desaparece, la primera sospecha recae sobre el adicto. Si van al baño y tardan mucho en salir, siempre se piensa que están tomando drogas. Toda la confianza se pierde por completo y a veces es casi imposible volver a recuperarla.

Cuando se es padre o madre de un adicto, el sueño apacible y tranquilo, es algo que se desvanece para siempre. ¿Dónde estará mi hijo(a) en estos momentos?, ¿con quién estará?, ¿qué estará haciendo?, ¿estará aún con vida?, son las preguntas que se roban la tranquilidad y el sueño de los padres de un adicto.

El problema ya no es la marihuana

Hoy en día, la marihuana es “casi un juego” y casi que ni siquiera se ve como una amenaza. Las personas hoy en día están inhalando, esnifando, fumando drogas de las que usted nunca ha oído hablar y que son tan adictivas y destructivas, que la esperanza de recuperación de un adicto parece casi inexistente.


Estas nuevas drogas que salen a la luz cada día, generan una dependencia absoluta de quien las consume y frente a ellas, la marihuana parece tan solo un simple juego de niños inofensivo. Tristemente, las leyes en la mayor parte del mundo, son laxas y permisivas tanto con los productores como con los consumidores, y frente a esto, los padres de los adictos que ven las vidas de sus hijos desmoronarse cada día, poco o nada pueden hacer.

Por otra parte, cuando un hijo es ya mayor de edad, no existe forma legal alguna de evitarle que sea un consumidor de drogas. Si una persona decide consumir drogas después de cumplir los 18 años, usted no podrá detenerlos y nadie le ayudará a controlarlos, porque legalmente ya no están bajo su protección, son adultos legales y la ley les permite hacer con sus vidas lo que ellos deseen. Sin embargo, si usted está lidiando con un drogadicto que está por debajo de la mayoría de edad, tomar medidas drásticas al respecto, puede ser lo único que salve a esa persona de su adicción.

Si usted alguna vez probó alguna droga, debe saber que las drogas que están disponibles para los niños y los jóvenes en estos días son más peligrosas que cualquier cosa que usted haya experimentado en su juventud. Los niños optan por analgésicos como Oxycontin, Percocet y Loratabs. Luego, cuando esas drogas no hacen ya suficiente efecto, se pasan al consumo de metanfetaminas cristalinas que son drogas “sociales” extremadamente populares y que tienen efectos devastadores. Quien cae en su consumo, parece que nunca puede alejarse por completo de estas drogas, porque la tentación de consumirlas les queda en el cuerpo y en la mente por el resto de la vida.

El amor es la salida

Así que cuando usted tenga sospechas de que algún ser querido cercano esté consumiendo drogas, tome todas las medidas que sean necesarias para sacar a esa persona de esa situación. Tal vez la medida más importante de todas, sea comenzar por acercarse desde el amor, a escuchar a ese ser querido. La mayoría de las personas que caen en el consumo de drogas, lo hacen porque sienten que en su hogar no tienen a nadie que los escuche, los quiera, los valores, los ame. Muchos candidatos a adictos se escapan a tiempo de la adicción, simplemente porque su padre o su madre, decidieron en algún momento interesarse por ellos y darles cariño y amor sin medida.

Escuche a sus hijos, esté atento a ellos, preste atención y sepa quiénes son sus amigos, qué hacen, a dónde salen, con quién se ven. La indiferencia de los padres, es a veces el detonante que los hijos necesitan para convertirse en adictos. Un hijo que siente que le importa a su padre o a su madre lo suficiente, difícilmente caerá en la adicción. El amor y el interés por los hijos, es una barrera protectora que puede librarlos de la dura influencia de las drogas, a la que está sometida la juventud hoy en día.

Si usted tiene hijos adictos, no los culpe tanto a ellos. Revise su papel como padre o madre, y quizás encuentre que la responsabilidad de esa situación fue mucho más de usted que de sus propios hijos. Suena difícil reconocerlo y aceptarlo, pero esto casi siempre es así.

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